Delirio
Cosas escritas por un servidor
Cosas escritas por un servidor
Los agentes de la CIA se enteraron de que en casa tenemos una forma de hacer banderitas de los EEUU para quemar y por eso nos vigilan, nos escuchan las conversaciones y nos leen los correos, y hasta nos han llegado mensajitos amenazantes: «si siguen qmando bnders van a ir tdos prsos». Hasta cuando vamos al baño, sentimos la presencia de sus micrófonos desde las cloacas.
La fabricación de banderas caseras para quemar se ha conformado en un intento de protesta simbólica: lo único que nos fue quedando en este país desarmado y pacifistoide donde quemar una goma o romper un vidrio está muy mal visto. La propiedad privada y el orden se defienden sobre cualquier otra cosa, y más aun: sobre la propia vida humana. Miedos que nos quedaron de la dictadura que le dicen.
Por otro lado parece que el napalm, la tortura, la guerra química y los militarismos no dan resultado: toda su guerra, todo su capitalismo sufre con una simple quema de banderitas; con una concentración con pancartas y volantes. Es cuando un símbolo vale más de mil metralletas. «¿Querías matarme? Bajo esta capa no hay carne ni huesos que matar. Sólo hay una idea. Las ideas son a prueba de balas» (V de Vendetta, capítulo 9).
El Instituto Raíces y Caminos organizó una conferencia el lunes 5 de marzo de 2007, con dos objetivos principales: presentar al Instituto en sociedad y generar una discusión sobre el arribo de George Bush a la región. La misma se denominó «El viaje del presidente Bush por América Latina: ¿Hoy?» y comenaba sobre las 19:30. Tuvo como maestros de ceremonia a Jorge Irisity y a Ignacio Martínez, que se encargaron de las presentaciones y otras formalidades.
Se realizó en el paraninfo de la Universidad y comenzó con un hecho significativo: un sillón fue dejado vacío en representación a la «presencia» de Hugo Cores, gran impulsor del Insituto, luchador incansable, quien falleciera unos meses atrás.
Uno tiende a construir en su cabeza las imágenes de las cosas que no conoce. Cuando se habla del lugar llamado Gualeguaychú, provincia de Entre Ríos, Argentina, uno imagina un sinfín de elementos y situaciones. Lo primero que viene a la mente es un puente sobre el río Uruguay en el que estarían emplazados algunos piqueteros. Luego piensa que estos fundamentalistas prohíben que mucha gente cruce el puente para cualquiera de los dos lados y provocan que dos países como Argentina y Uruguay estén separados. Pero lo más importante de esta situación para nosotros son los prejuicios en materia económica por el turismo y el comercio internacional.
También uno puede imaginarse cruzando el puente caminando y que del otro lado encontraría Gualeguaychú, allí nomás, con toda su población impedida de visitarnos. Imagina que al llegar y presentarse como uruguayo lo podrían llegar a maltratar, ya que estamos casi como enemigos. Imagina todo esto y mucho más, y hasta quizás algunas imágenes televisivas recortadas «bienintencionadamente» ayuden a armar este castillo de naipes en el cerebro de uno.
Todo lo que uno imagina puede esconder algunas verdades, pero también errores. Quizás habría abandonar viejas rencillas y nuevos manejos; soplar un poquito esta construcción imaginaria y dar un paso hacia otra realidad.
La siesta, mis pies sucios, las milanesas, los ravioles, el cajón peruano, el asado, el Falcon, el pollo y los higos en almíbar, pero sobre todo el corazón abierto de par en par. Como decía Zitarrosa, las puertas y las ventanas de todas las casas abiertas para siempre. ¿Cómo hacer Leer más…
grupos de jóvenes reunidos en Atlántida, puede ser del año 2004, pero no estoy seguro: 22:50 – vamos a la mesa y lo hacemos (Natalia) 22:55 – ¿vos conocés la mía? (Fany) 23:00 – vamos a jugaaaar (Débora) (con tono) 23:13 – Es más cortito que el mío (Lupa) 23:21 Leer más…
Humilde aporte a los compañeros que estudian la cultura plancha
Este breve relato refiere a hechos sucedidos el sábado 4 de noviembre de 2006
Por circunstancias que no vale la pena aclarar aquí, resulté detenido y dos conocidas que miraban mi detención sufrieron el mismo destino. Fuimos conducidos con prepotente pero no violento trato a la seccional 5a. Según pude escuchar, éramos código 70.
Luego de revisarnos, de cacharnos y de retenernos todas las pertenencias, incluidos cinturón y cordones, fuimos conducidos al calabozo. Las chicas a uno, yo a otro. Entre los mismos no había comunicación visual, mas sí auditiva.
Corría el año 2005 y tres energúmenos discutían la necesidad de dar nombre a un grupo de video documental. Aquí se muestran los lamentables resultados: 1. Nombre en guaraní o charÅ•ua…o lo que venga «nuestra identidadnace de un genocidio». Nacho 30/9/2005 – 00:45 2. Abelardo (el juntajuguetes) «yo pensaba … Leer más…
Bienvenido a la página de Lupito…
«¿No es odioso recibir documentos de Word en mensajes de correo electrónico? Los archivos adjuntos en formato Word son molestos, pero, peor que eso, impiden que la gente se pase al software libre. Quizás podamos detener esta práctica mediante un sencillo esfuerzo colectivo. Todo lo que debemos hacer es pedirle a cada persona que nos envía un archivo en Word, que reconsidere esa manera de hacer las cosas.
La mayoría de los usuarios de computadoras utiliza Microsoft Word. Eso es desafortunado para ellos, ya que Word es software privativo, niega a sus usuarios la libertad de estudiarlo, cambiarlo, copiarlo y redistribuirlo. Y como Microsoft modifica el formato con cada nueva versión, sus usuarios están encerrados en un sistema que los insta a comprar cada actualización, ya sea que necesiten un cambio o no. Hasta pueden encontrarse conque, dentro de varios años, los documentos que están escribiendo este año ya no podrán ser leídos con la versión que utilicen entonces[…]».
Richard Stallman, en http://www.gnu.org/philosophy/no-word-attachments.es.html
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