Los agentes de la CIA se enteraron de que en casa tenemos una forma de hacer banderitas de los EEUU para quemar y por eso nos vigilan, nos escuchan las conversaciones y nos leen los correos, y hasta nos han llegado mensajitos amenazantes: «si siguen qmando bnders van a ir tdos prsos». Hasta cuando vamos al baño, sentimos la presencia de sus micrófonos desde las cloacas.
La fabricación de banderas caseras para quemar se ha conformado en un intento de protesta simbólica: lo único que nos fue quedando en este país desarmado y pacifistoide donde quemar una goma o romper un vidrio está muy mal visto. La propiedad privada y el orden se defienden sobre cualquier otra cosa, y más aun: sobre la propia vida humana. Miedos que nos quedaron de la dictadura que le dicen.
Por otro lado parece que el napalm, la tortura, la guerra química y los militarismos no dan resultado: toda su guerra, todo su capitalismo sufre con una simple quema de banderitas; con una concentración con pancartas y volantes. Es cuando un símbolo vale más de mil metralletas. «¿Querías matarme? Bajo esta capa no hay carne ni huesos que matar. Sólo hay una idea. Las ideas son a prueba de balas» (V de Vendetta, capítulo 9).
Lo sucedido el pasado jueves no tiene razón de ser. Que alguien esté preso por quemar un papel con la bandera del aparato genocida más perfecto de los últimos 100 años resulta poco más que ridículo. Recuerda las peores escenas de la pesadilla orwelliana, la de Huxley, Bradbury, o la de Moore-Loyd y nos hace reflexionar nuevamente sobre el Estado y el poder. ¿Acaso el poder está en el gobierno? Si así fuera, podemos preguntarnos cuál es la táctica del Ministerio del Interior de perseguir personas que queman banderas. ¿Qué escarmientos se están buscando? ¿Qué miedos se quieren imponer? ¿Qué hacían tantos policías de civil en una manifestación pacífica? ¿Por qué se mostraron con tanto descaro? (Las fotos aquí: http://uruguay.indymedia.org/news/2007/04/59793.php) (Aaaa!!! pará, me están jodiendo, se puede uno poner a pensar: ¿cómo saben que todos esos son tiras? Básicamente porque los vinieron a buscar la guardia de choque cuando fueron identificados por los manifestantes).
Si por un momento pensamos que el Estado es una concentración compleja de poder, con luchas y pugnas internas, donde los que mueven los hilos quedan en la oscuridad, podemos preguntarnos: ¿A quien responde la jueza Aída Vera Barreto? ¿Qué busca al procesar a una persona por quemar una banderita? ¿Qué se está haciendo a nivel del gobierno del Frente Amplio? ¿De qué democracia hablamos, de qué cambios? ¿De qué Justicia?
Cualquiera sean las reflexiones los hechos están allí y los resultados también: dos presos y más citados por protestar. En ningún caso se utilizó armas. Los daños fueron reparados rápidamente en uno de los casos: el otro fue la simple pérdida de una hoja tamaño carta. En ningún caso hubo personas heridas.
Las reglas parecen ponerse al descubierto en este complejo entramado: «la protesta no está permitida. Quedesé en su casa tranquilo que el gobierno vela por usted, el gobierno hace lo posible por el bienestar de toda la población. Si usted no está de acuerdo y protesta, utilice los canales adecuados: por ejemplo, vaya con una vela el 20 de mayo una vez al año a llorar por los muertos de antes. Concurra a un ‘meeting’ sobre la violencia en el salón dorado de la IMM o ponga su firma por Internet contra el asesinato de mujeres en el Ífrica. Si se sale de alguno de los canales establecidos será encarcelado».
Quizás fuera necesario radicalizarse y cometer un acto de temible subversión y terrorismo: quizás la próxima concentración por la liberación de los presos (que será esta semana), podríamos utilizarla como la gran hoguera de banderas de EEUU: que se vean arder cientos y miles de banderitas del imperio demostrando que decimos ¡YA BASTA!. Después de todo, la subversión es colectiva, o no es.
«El orden involuntario alimenta la insatisfacción, madre del desorden, padre de la guillotina.
Las sociedades autoritarias son como el patinaje sobre hielo: Intrincadas, de una precisión mecánica y, sobre todo, precarias.
Dentro de la frágil corteza de la civilización se agita el caos…
…y existen lugares donde el hielo es delgado a traición» (V de Vendetta, capítulo II).
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Difunda este volante: ¡¡Gran marcha gran!! De plaza libertad (?!) a MinInt. Concurra con su banderita, y su sacachispas, y una foto del o los gobernantes que más quisiera ver tras las llamas (locales o internacionales). ¡¡Somos todos subversivos yalalalalalala!!
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