Nunca me había pasado esto antes.
Justo el día que terminé de leer el libro de José Emilio Pacheco y de ponerle título a este post que no llegué a escribir, justo ese día, murió el célebre poeta y escritor mexicano.
Todo comenzó una noche de enero de 2014 en el mercado San Camilito de Plaza Garibaldi en el DF. Allí camuflado de mozo, habita un apasionado artista del verso y la palabra que suele deleitar a sus clientes con cantos, historias y cuestionamientos de diversa índole. Dicho personaje se llama Víctor.
Una cosa llevó a la otra y con la excusa de aprender sobre la vida de Borges, me vi invitado a leer justamente a José Emilio Pacheco: Víctor me regaló así como de la nada, el libro llamado: «Jorge Luis Borges; una invitación a su lectura».
En gran parte del libro, el intrépido José Emilio, recorre parte de la historia de América Latina desde una mirada emancipadora y de la resistencia. Además por supuesto, habla de Borges y hace un delicioso recorrido por su polémica vida y obra.
Para muestra de lo que afirmo, dejo aquí un par de frases para reflexionar, sacadas de este libro escrito en 1999:
La estabilidad llegó hacia 1880 Â [al Río de la Plata], la década que en México vio el triunfo del porfiriato. Aquí y allá atribuimos ese alivio después de tantos años inestables y violentos a nuestro propio mérito, pero en realidad se debió al establecimiento del mercado mundial. El mundo quedó dividido en países productores industriales y países proveedores de materias primas. Por primera vez en la historia un solo sistema se difundió por casi todo el planeta.
O esta otra que dice:
El Ensayo sobre la desigualdad de las razas humanas del Conde de Gobineau inventa una raza «aria» inexistente. El origen de las especies de Charles Darwin postula el triunfo del más fuerte. A partir de estos dos libros se desarrolla una pseudociencia, en realidad fetichismo y fraude, para justificar el sistema colonial y la dominación del Norte sobre el Sur.
Sobre el tema de la creación artística y el derecho de autor, menciona lo siguiente:
Borges se vuelve el escritor más fotografiado y entrevistado del mundo, pulveriza la noción del «creador», del «artista original» y muestra el revés del tapiz literario como un tejido de textos engendrados por otros textos que a su vez producen nuevos textos.
Escribir es plagiar, a conciencia o sin proponérselo. La única explicación de este robo interminable, comenzado hace treinta mil años, es inventar autores que no existen y atribuirles lo que no escribieron.
Finalmente una para cerrar la idea sobre Borges:
[…] Desde luego no podemos inventar en contra del viejo niño «Georgie» – que no paraba de hablar porque sus interrogadores no lo dejaban en paz – un Borges de Izquierda; pero sí ver la coherencia y valentía de su antifascismo y de su trabajo para poner en manos de las multitudes a las que despreciaba lo mejor de la literatura universal, en modo alguna sólo europea.
En definitivamente son dos invitaciones que quedan abiertas para el futuro, una para leer a Borges, y otra para leer a este gran poeta y escritor, que en 2010 afirmó:
Lo dejo para que quien abra esto en cien años sepa quién fui, porque no creo que nadie recuerde mi obra.Â
Por tanto, solo me resta agradecer a Víctor, el regalo de haberme hecho encontrar con estos otros dos personajes de la Historia.
1 comentario
victor someday nopromises · 29 de enero de 2014 a las 9:42
NO
YO NO SOY
COMO TODOS
SOLO SOY
COMO SOY
COMO YO
POCOS
NO CONOZCO
OTROS LOCOS
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