En el escenario de la cordura, un ataque de locura.
El Mundial de Zidane
En el escenario de la cordura, un ataque de locura. En un templo consagrado a la adoración del fútbol y al respeto de sus reglas, donde la Coca-Cola regala felicidad, Master Card otorga prosperidad y Hyundai brinda velocidad, se disputan los últimos minutos del último partido del campeonato mundial.
Eduardo Galeano
Éste es, también, el último partido del mejor jugador, el más admirado, el más querido, que está diciendo adiós al fútbol. Los ojos del mundo están puestos en él. Y súbitamente este rey de la fiesta se convierte en un toro furioso y embiste a un rival y lo voltea, de un cabezazo en el pecho, y se va.
Se va echado por el árbitro y despedido por la rechifla del público, que iba a ser una ovación. Y no sale por la puerta grande, sino por el triste túnel que conduce a los vestuarios.
En el camino, pasa junto a la copa de oro reservada al equipo campeón. Él ni la mira.
* * *Cuando este Mundial empezó, los expertos dijeron que Zinedine Zidane estaba viejo.
Mariano Pernía, el argentino que juega en la selección española, comentó:
—Viejo es el viento, y sigue soplando.
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