Hace más de 15 años, planté un árbol. Era un anacahuita, esa especie nativa y perenne, de agradable sombra, pequeños frutos color caramelo y hojas finas de aroma mentolado.

Esta especie, tiene probadas propiedades medicinales. En casa, papá afirma que su afonía crónica fue curada debido a la colocación sistemática de hojas de anacahuita en su mate. Nunca le creí demasiado, hasta que leí el artículo de nuestro querido y recientemente fallecido Ricardo Carrere: «Anacahuita (Schinus molle): la indígena más popular».

Año tras año la vimos crecer, la cuidamos, regándola mucho en verano y podándola en invierno para que creciera fuerte y así lo hizo. Disfrutábamos de su sombra y sus aromas. El árbol estaba saludable y no era demasiado alto. En la última poda que le hice en mayo, le dejé la copa que alcanzaría unos 4 o 5 metros de altura. En esta foto, se aprecia la poda que le hicimos en mayo, y como podía ser aprovechada para descansar.

La poda de mayo
La poda de mayo

Sorpresa fue la mía cuando al volver de un reciente viaje al exterior, mi hermano me advirtió que la anacahuita no estaba más: la Intendencia de Montevideo pasó por la calle y arrasó con todo árbol que consideraran inadecuado. Ante la pregunta de por qué se cortaba el árbol, la respuesta fue «está marcado para ser cortado».

Entiendo que tras aquel accidente donde murió una mujer aplastada por un árbol, se tomen medidas para prevenir y se corten los árboles viejos y peligrosos, pero no me explico qué paso en este caso. El árbol no era tan grande, sus raíces estaban perfectas, su tronco y sus ramas también.

Así quedó ahora el lugar donde estuvo plantada por más de 15 años:

El espacio vacío donde estaba el árbol
El espacio vacío donde estaba el árbol

Y así se ve el árbol por dentro:

Estaba en perfecto estado
Estaba en perfecto estado

¿A alguien se le ocurre qué le pasa a esta gente?

Categorías: Medio ambiente

2 comentarios

rogelio canepa · 28 de septiembre de 2013 a las 10:11

estamos totalmente desconectados con nuestra escencia…parecemos maquinas,y seguimos ordenes……

Ergoiaia · 1 de enero de 2023 a las 2:23

Que pena. Los que mandan no tienen conocimientos, tampoco conocen y aprecian la naturaleza. Sólo aprecian el ormigon.

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